River plate vs Boca juniors copa libertadores 2018

La Libertadores 2018: ¡River gana a Boca en Madrid!

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Brian Celora

Creador de contenido apasionado por el fútbol y, especialmente, por River Plate. Destaca por su capacidad para contar historias que conectan con la emoción y la pasión de los hinchas.

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En diciembre de 2018, concretamente el 9 de diciembre de 2018, el fútbol sudamericano vivió una final sin precedentes. River Plate y Boca Juniors, los dos gigantes de Argentina, se enfrentaron por primera vez en la historia en una final de Copa Libertadores, un Superclásico por el título continental que muchos bautizaron como la ‘Final de todos los tiempos’.

Siete años después de aquel duelo inolvidable, su recuerdo permanece vivo, no solo por el resultado deportivo, sino por el contexto único que la rodeó, desde su accidentada organización hasta un desenlace épico en un escenario inesperado.

Fue la edición número 59 del torneo y la última definitoria a doble partido, marcada por incidentes que derivaron en que, por primera y única vez, la gran final se jugara fuera de América. El 9 de diciembre de 2018 quedó grabado como el día en que River tocó el cielo con las manos en Madrid, derrotando a su clásico rival y desatando la euforia de millones de hinchas en todo el mundo.

Una ida ya accidentada y tablas en el marcador

La serie decisiva comenzó en La Bombonera, el mítico estadio de Boca Juniors, aunque con un día de retraso por causas de fuerza mayor. El partido de ida estaba pautado para el 10 de noviembre de 2018, pero una tormenta torrencial sobre Buenos Aires obligó a posponerlo para el día siguiente. Bajo un ambiente eléctrico y sin público visitante por cuestiones de seguridad, Boca y River brindaron un espectáculo acorde a las altísimas expectativas.

El encuentro terminó empatado 2-2, reflejando la paridad entre ambos colosos. Ramón ‘Wanchope’ Ábila abrió el marcador para Boca a los 34 minutos, desatando la alegría local, pero casi de inmediato Lucas Pratto silenció el estadio con el 1-1 al 36’. Justo antes del descanso, Darío Benedetto culminó un ataque letal y puso el 2-1 para el Xeneize al 45+1’, desatando un estruendo en La Bombonera. En la segunda parte River Plate respondió nuevamente y de tanto atacar acabó Carlos Izquierdoz metiéndola en su portería.

El ida y vuelta fue constante, con ocasiones claras en ambas porterías y una intensidad pocas veces vista en una final. Tras el pitazo final, la igualdad en el marcador dejó la serie abierta y cargada de tensión: la Copa Libertadores 2018 se definiría en el Estadio Monumental, o al menos eso era lo que todos pensaban en ese momento.

Violencia y polémica: por esto se jugó en el Bernabéu

La esperada vuelta en el Estadio Monumental de River, programada para el 24 de noviembre de 2018, nunca llegó a disputarse en suelo argentino. Horas antes del partido, en las inmediaciones del estadio de Núñez, el autobús que trasladaba al plantel de Boca Juniors fue atacado a pedradas por un sector de hinchas locales. El brutal incidente rompió los vidrios del vehículo e hirió a varios jugadores xeneizes (el capitán Pablo Pérez sufrió lesiones en un ojo por astillas de vidrio, entre otros afectados), desatando el caos y una inmediata suspensión del encuentro por parte de las autoridades

Lo que debía ser una fiesta se convirtió en un bochorno: las imágenes de futbolistas mareados y lastimados dieron la vuelta al mundo, evidenciando una falla grave en la seguridad. Después de horas de incertidumbre y tras intentos fallidos de reprogramación en Buenos Aires, la CONMEBOL tomó una decisión drástica y polémica: trasladar la gran final fuera de Argentina. Finalmente, el partido de vuelta se reprogramó para el 9 de diciembre de 2018 en el Estadio Santiago Bernabéu de Madrid, España. Por primera vez en la historia, la final de la Libertadores se jugaría extramuros del continente americano, en terreno neutral europeo y ante la mirada atónita de ambos países.

River Plate inicialmente rechazó la idea alegando que se desvirtuaba la definición y se perjudicaba a los hinchas locales, mientras Boca Juniors insistía en pedir los puntos por la agresión sufrida. Sin consenso posible, primó la determinación de las autoridades y el Bernabéu, casa del Real Madrid, albergaría el desenlace del Superclásico por la gloria eterna.

La capital española recibió a unos 60.000 espectadores para el encuentro, con miles de hinchas argentinos volando desde Sudamérica y otros tantos residentes en Europa, en un operativo de seguridad sin precedentes. El Bernabéu, acostumbrado a finales de Champions, se vestía de Libertadores para un partido que ya era histórico antes de comenzar.

River reinó en Madrid y Boca sucumbió

El domingo 9 de diciembre de 2018, con el planeta fútbol pendiente de lo que ocurriera en Madrid, River Plate y Boca Juniors saltaron al césped del Bernabéu en busca de la gloria. Desde el inicio se notó cierta cautela de ambos lados, pero también la tensión y fervor propios de un Superclásico. Durante la primera mitad, Boca se mostró ligeramente superior, aprovechando algunos desacoples defensivos de River

De hecho, Boca se adelantó con otro tanto de Benedetto antes del descanso, pero River reaccionó con tanto de Pratto. La final estaba nuevamente nivelada en el marcador global (3-3 sumando la ida) y anímicamente River tomó la superioridad. El ingreso del colombiano Juan Fernando Quintero potenció aún más al equipo de Núñez, que siguió atacando mientras Boca sufría el desgaste físico y la pérdida por lesión de su goleador Benedetto, reemplazado tras sentir molestias. Con el correr de los minutos, River acorraló a Boca contra su arco, pero el empate persistió hasta el alargue.

Y en el tiempo extra, la locura. Boca Juniors sufrió un golpe durísimo, Wilmar Barrios vio la segunda amarilla. Con la ventaja numérica, River acentuó su dominio y fue a buscar la victoria. El estadio presenció entonces una joya futbolística que quedará por siempre en la memoria: al minuto 109, Juanfer Quintero encontró espacio en la frontal del área y sacó un zurdazo potentísimo al ángulo superior, un golazo que significó el 2-1 para River Plate.

Con Boca volcado, a falta de pocos minutos, en un embate final, un remate del defensor Leonardo Jara pegó en el poste, ahogando el empate que el Xeneize buscaba con más corazón que fútbol. En la jugada siguiente, ya en el minuto 122, Boca se fue con todo en un tiro de esquina, incluyendo al arquero Esteban Andrada en el área rival. La apuesta desesperada salió mal: River recuperó el balón y armó una contra letal con el arco de Boca desguarnecido. Gonzalo Pity Martínez, solo y con campo libre, corrió desde media cancha y empujó la pelota al gol para sentenciar el 3-1 definitivo. River, campeón de América por cuarta vez; se imponía la dinastía Gallardo a Boca Juniors, derrotado en su torneo predilecto.

Inglaterra, más que favorita en los pronósticos

La Selección Inglesa parte como gran favorita después de llevar ya 38 años sin perder un partido con Gales. La apuestas del triunfo inglés en Codere es de 1,40 euros, por los 4,60 del empate y los 8,50 de una victoria de Gales que sería una gran sorpresa para el mundo del fútbol. Teniendo en cuenta que Gales tiene muy complicado clasificarse, un buen mercado para este partido lo encontramos en el número de goles. Ya hemos dejado claro que Gales e Inglaterra suelen ser asiduas a ver portería contraria y también encajan bastante. Por ello, que haya más de 2,5 goles en el partido se recompensa con 1,80 euros por euro apostado. Además, tampoco es descartable que haya incluso más tantos y, sin ir más lejos, que se produzcan más de 3,5 goles se paga a una interesante cifra de 2,95 euros por cada uno jugado.
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