Roman Riquelme la leyenda busca ser presidente

Román Riquelme: la leyenda del balón que busca ser presidente

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Román Riquelme es un estandarte de Boca Juniors. Empezó su carrera en el ‘Xeneize’ como jugador y, cuando se retiró, regresó y tomó un puesto en la directiva. Dejó su sello en los terrenos de juego y, ahora, en sus manos tiene la opción de dar un paso más. El ex futbolista quiere convertirse en presidente. Las elecciones tendrán lugar el 17 de diciembre y Riquelme promete dedicarle toda su pasión al equipo de su vida si es el elegido.

El Riquelme jugador

Juan Román Riquelme puede considerarse, sin duda alguna, una leyenda del fútbol argentino. Dejó una huella imborrable en el mundo del deporte durante su carrera como jugador. Nacido el 24 de junio de 1978 en Buenos Aires, Argentina, Riquelme comenzó a forjar su camino futbolístico desde niño.

Su talento innato se destacó rápidamente en las inferiores de Argentinos Juniors, club con el que debutó en el primer equipo a los 18 años. Sin embargo, fue en Boca Juniors donde se convirtió en un icono. Su visión de juego, precisión en pases y habilidad para controlar el ritmo del partido lo llevaron a convertirse en el cerebro del equipo. Durante sus 2 etapas en Boca (1996-2002 y 2007-2014), conquistó numerosos títulos, entre los que se incluyen la Copa Libertadores y la Copa Intercontinental.

Su paso por el fútbol europeo también dejó una marca imborrable. En 2002, fichó por el Barcelona, aunque su estancia en el club español fue breve debido a diferencias con el entonces entrenador, Louis Van Gaal. Esto, unido a su dificultad para adaptarse al estilo del conjunto azulgrana, le llevó a ser cedido al Villarreal CF. Su época en el “Submarino Amarillo” es recordada como una de las más exitosas en la historia del club.

A nivel internacional, vistió la camiseta de la Selección Argentina y representó a su país en varias competiciones, incluidos 3 Mundiales (1998, 2002 y 2006) y la Copa América. A pesar de su indiscutible talento, su relación con algunos entrenadores y su fútbol peculiar generaron debates sobre su rol en el equipo nacional.

Riquelme era mundialmente conocido, más allá de su técnica, por su inteligencia táctica y su capacidad para leer el juego. Su control del balón y su habilidad para pausar y acelerar el ritmo del partido le valieron el respeto y la admiración de los amantes del deporte rey,, compañeros de equipo y rivales por igual.

En 2014, decidió colgar las botas y poner fin a una carrera repleta de éxitos y momentos inolvidables. Su legado perdura en la memoria de los aficionados, quienes reconocen en él a uno de los jugadores más talentosos y astutos que hayan pisado un terreno de juego, un verdadero maestro en el arte de dominar el balón y comandar un equipo hacia la gloria.

Su salto a las oficinas en su labor como director deportivo

Pero un mito como Riquelme no podía hacerse a un lado y dejar el fútbol aunque hubiera dejado los terrenos de juego a un lado. En 2019, se pasó a las oficinas y asumió el cargo de vicepresidente segundo en Boca Juniors. Se convirtió entonces en una figura clave en la estructura directiva del club. Su labor como director deportivo ha estado marcada por su pasión por la institución y su deseo de revitalizar al equipo.

Durante su gestión, Riquelme siempre se ha mostrado enfocado hacia la identidad del club, priorizando el regreso a un estilo de juego característico de Boca: sólido en defensa, creativo en el mediocampo y letal en ataque. Su premisa siempre fue reforzar el equipo con jugadores que encarnaran estos valores.

Además, mantuvo una postura firme en la formación de jugadores jóvenes, brindándoles oportunidades para escalar hasta ell primer equipo y promover el desarrollo de talento local.

A lo largo de su tiempo como director deportivo, Riquelme no solo aportó desde la perspectiva técnica y táctica. También ejerció una influencia significativa en el ámbito emocional y motivacional del equipo, transmitiendo su amor por el club y su experiencia, en su día, como jugador.

Su gestión también enfrentó desafíos y críticas, especialmente en momentos de resultados irregulares del equipo, lo que generó debates sobre las decisiones tomadas en cuanto a refuerzos y estrategias.

Objetivo, la presidencia: el 2024 soñado

Román Riquelme se ha propuesto ahora convertirse en el presidente de Boca Juniors. Las elecciones, que debieron celebrarse a finales de noviembre, fueron suspendidas por una supuesta irregularidad en la inscripción de unos 13.000 socios que debían votar. Después de que la Cámara de Apelaciones revocara el fallo de la jueza que llevaba el caso, los comicios se llevarán a cabo este domingo 17 de diciembre.

Además de Riquelme, se presenta como candidato a la presidencia Andrés Ibarra, ex ministro de Argentina durante el gobierno de Mauricio Macri que, por cierto, sería vicepresidente en caso de que el ganador fuera Ibarra.

Si Riquelme se impone a Ibarra en las elecciones, piensa reforzar la línea que ha seguido en sus años como dirigente. Su gran objetivo es que Boca Juniors tenga una identidad reconocible. Además, promete invertir en la cantera y, a su vez, mejorar la estructura deportiva del club. Todo ello, sin dejar de lado a la hinchada, con la que siempre ha tenido una conexión especial por los lazos que creó con los fans del ‘Xeneize’ desde su etapa como jugador.

Riquelme tiene claro que lo suyo será una apuesta por un proyecto sostenible a largo plazo. No solo importan los resultados inmediatos: lo más importante es que Boca sepa qué equipo quiere ser de aquí a unos años y el ex futbolista será el encargado de guiar al ‘Xeneize’ en esta senda.

Si es elegido presidente, Riquelme ya estaría negociando con nombres de envergadura para su proyecto. Gustan Arturo Vidal, Ever Banega, Rubén Botta y Diego Martínez.

Pero la mayor sorpresa podría estar en la cúpula. Y es que Riquelme tendría reservado el puesto de presidente honorario del club para Carlos Bianchi, quien fuera su entrenador cuando jugaba en Boca y al que ve como un padre en el mundo del fútbol.

Riquelme se hizo un ídolo para la hinchada de la mano de Bianchi y quiere devolverle la confianza que le dio en su día con un puesto en el organigrama de la institución. Muchos son los que sueñan con ver, otra vez, a Riquelme y a Bianchi juntos en el ‘Xeneize’, aunque lejos del verde,, una quimera que podría hacerse realidad en cuestión de días.

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