A 21 años del regreso de Ariel Ortega a Newell’s
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Este 12 de septiembre de 2025 se cumplen exactamente 21 años de un hecho que marcó a fuego una etapa significativa en la historia reciente de Newell’s Old Boys y, al mismo tiempo, representó un momento icónico para el fútbol argentino: el regreso oficial de Ariel Ortega al fútbol local, enfundado en la camiseta rojinegra. Fue en el empate 1 a 1 ante Banfield en el estadio Marcelo Bielsa, un partido que no solo quedó en la memoria por el debut del “Burrito” en el equipo rosarino, sino también porque significó su reencuentro con las canchas después de casi 600 días.
Ese encuentro, disputado en el Torneo Apertura 2004, tuvo además un condimento extra para los hinchas de la “Lepra”: fue el día en que Ignacio Scocco convirtió su primer gol en Primera División, dando inicio a una trayectoria que más tarde lo convertiría en ídolo del club. El tanto de Banfield fue obra de Rodrigo Palacio, otro nombre que más adelante brillaría en el fútbol nacional e internacional. Pero, sin dudas, todos los focos estaban puestos en él: Ariel Ortega, que volvía a jugar de manera oficial luego de una larga inactividad, con toda la expectativa que generaba.
Un regreso muy esperado tras casi 600 días de silencio
Ortega no jugaba un partido oficial desde el 12 de febrero de 2003, cuando la Selección Argentina cayó 1 a 0 ante Holanda en Ámsterdam. Aquel encuentro parecía haber sido su último capítulo como futbolista profesional. Problemas contractuales y personales lo habían mantenido alejado de las canchas durante más de un año y medio. Sin embargo, su talento seguía intacto, y fue Newell’s quien apostó por su retorno, convencido de que aún tenía mucho para dar.
El retorno se dio en un contexto muy especial. Newell’s, dirigido en ese entonces por Américo Rubén “Tolo” Gallego, se encontraba en plena reestructuración futbolística. El equipo necesitaba una figura de peso, alguien que pudiera encender la ilusión de los hinchas y darle jerarquía al plantel. Ortega, con su experiencia y su habilidad, llegó para cumplir ese rol. No solo lo logró, sino que fue clave en la campaña que culminaría con la obtención del Apertura 2004.
El 12/9 de 2004, después de 578 días, Ariel Arnaldo ORTEGA volvió al fútbol(Newell’s). Su último partido había sido el 12 de febrero de 2003 pic.twitter.com/v4TxC7a524
— ® Σ |_ Δ ╥ Φ ® Σ § (@Relatoresconvos) September 12, 2017
La tarde del debut: una ovación que hizo temblar el Parque
El ambiente en el estadio Marcelo Bielsa aquella tarde del 8 de septiembre de 2004 era de fiesta. Las tribunas, repletas, vibraban al ritmo de los bombos y cánticos que recibían a su nueva estrella. Cuando Ortega pisó el césped con la camiseta número 10, la ovación fue ensordecedora. Nadie parecía recordar los meses de inactividad, ni las polémicas extrafutbolísticas. Solo importaba el presente: el «Burrito» volvía a jugar, y lo hacía en casa.
El partido en sí tuvo un desarrollo parejo. Banfield, dirigido por Julio César Falcioni, era un equipo sólido, con figuras como Rodrigo Palacio que comenzaban a destacarse. Fue justamente Palacio quien abrió el marcador para el «Taladro». Sin embargo, Newell’s reaccionó y consiguió la igualdad gracias a un joven Ignacio Scocco, que con apenas 19 años ya daba señales de su potencial. El 1-1 final quedó como una anécdota en comparación con lo que se vivió en las tribunas: la emoción del regreso de uno de los últimos ídolos del fútbol argentino.
El impacto inmediato: un Ortega determinante y un título inolvidable
A pesar de los lógicos altibajos de rendimiento tras un largo parate, Ortega fue encontrando su forma física y futbolística con el correr de las fechas. Con su visión de juego, su capacidad para encarar y su experiencia en partidos definitorios, se volvió pieza clave en el esquema del «Tolo» Gallego. En total, Ortega disputó 53 encuentros oficiales con la camiseta de Newell’s y anotó 11 goles, varios de ellos fundamentales en la campaña del título.
La consagración llegó al final del Torneo Apertura 2004, cuando la “Lepra” se coronó campeona luego de una temporada pareja y disputada. Fue un título que se celebró con euforia en Rosario y que muchos atribuyen, en buena medida, a la influencia que tuvo Ortega dentro y fuera del campo. Más allá de lo deportivo, su presencia atrajo las miradas de todo el país hacia Newell’s y generó una corriente de entusiasmo en una institución que necesitaba volver
Newell’s y la apuesta que valió oro
La dirigencia de Newell’s tomó un riesgo importante al contratar a Ortega. No era fácil apostar por un jugador que llevaba tanto tiempo sin competir, y cuya carrera había estado marcada por episodios controvertidos. Sin embargo, el club confió en el talento y en la motivación personal del jugador por reencontrarse con su mejor versión. El “Burrito” no defraudó. Condujo al equipo a la gloria y dejó una huella imborrable en el corazón de los hinchas leprosos.
El paso de Ortega por el club no fue largo en el tiempo, pero sí inmenso en impacto. Fue, además, un gesto de amor al fútbol: eligió volver a las canchas lejos de las luces de los grandes de Buenos Aires y priorizó sentirse cómodo, contenido y protagonista. Rosario le dio eso, y él respondió con fútbol, compromiso y emoción. Las gradas jamás olvidarán semejante ejercicio de cariño, más en unos tiempos en los que este tipo de gestos no son los habituales.
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Si el lector prefiere una apuesta más concreta, puede comprobar las cuotas de cada grupo. El grupo A del Clausura acoge a Boca Juniors como muy favorito con un momio de 3,50. La cuota de River Plate para imponerse en el B es de 2; o sea: refuerza muchísimo su condición de favorito.
