¡El debut de Ariel “Burrito” Ortega con Argentina en 1993!
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Un 15 de diciembre de 1993 se produjo el debut en la Selección Argentina de uno de los futbolistas más emblemáticos de los años 90: Ariel Arnaldo ‘el Burrito’ Ortega. Aquel día, el joven mediapunta de 19 años, surgido de las inferiores de River Plate, vistió por primera vez la ‘Albiceleste’ en un amistoso frente a Alemania en Miami. El partido terminó con triunfo por 1-2 para Argentina y Ortega ingresó sobre el final, reemplazando a Ramón Medina Bello. Ya son 32 años de aquel estreno.
Ortega apenas estuvo un minuto en el campo. Lo suficiente para dar por iniciada la trayectoria internacional de Ortega, quien a partir de entonces se volvería un habitual convocado por la Selección de Argentina. Una carrera apasionante la del Burrito, quien no pudo tener en Europa lo mucho que sí tuvo en Argentina, casi siempre con River Plate.
El debut en Miami de Ariel Ortega
Aquella fría noche de diciembre en el estadio Orange Bowl de Miami quedó marcada como el punto de partida para el Burrito. Alfio ‘Coco’ Basile, por entonces entrenador nacional, le dio unos minutos al habilidoso atacante de River Plate para que sumara sus primeros minutos con Argentina.
Ortega apenas tuvo tiempo de mostrar destellos de su talento en esos instantes finales, pero su sola presencia ilusionó a la afición. En aquellos tiempos se vislumbraba la aparición de un sucesor para Diego Maradona, quien había vuelto ese año al equipo. Con su gambeta callejera y descaro juvenil, Ortega rápidamente se ganó un lugar en la consideración del cuerpo técnico. Tan solo meses después de su debut, con 20 años recién cumplidos, sería incluido en la lista para el Mundial de Estados Unidos 1994. Fue el primero de sus tres Mundiales con Argentina.
El Burrito en tres Copas del Mundo
El Burrito Ortega disputó 87 partidos con Argentina, y fue autor de 16 goles. En clave mundialista, estuvo presente en USA 94, Francia 98 y Corea y Japón 2002. En total, 11 partidos entre las tres Copas del Mundo, con dos goles y dos asistencias. Su actuación más destacada llegaría en Francia 1998. Usando la mítica camiseta número 10, el Burrito brilló durante la fase de grupos. Marcó dos tantos en la goleada 5-0 sobre Jamaica y dio una asistencia en ese mismo encuentro. Contra Croacia, otra asistencia. Y en los cuartos de final, contra Países Bajos, firmó su día más negro con Argentina: la de su expulsión tras darle un cabezazo a Van der Sar.
Tras una discutida jugada en el área, reaccionó con un cabezazo al mítico arquero neerlandés, lo que le valió la tarjeta roja. Por entonces el partido iba 1-1, con Argentina volcada y cerca del gol, pero tras la expulsión del Burrito, Dennis Bergkamp, en el 89, interceptó un pase largo, amagó en el área y marcó uno de los goles más bellos de la historia de los Mundiales. A Ortega lo crucificaron los medios y él sintió que era su “culpa”.
Pero volvió en 2002, también siendo un fijo con Bielsa, pero Argentina, con uno de los combinados más potentes que se recuerdan, se quedó fuera de fase de grupos. Ortega fue titular en toda la fase de grupos, falló un penalti contra Suecia (aunque Crespo anotó en el rechace) y no pudo resarcirse del mal sabor de boca que le dejó lo ocurrido ante Países Bajos.
Su despedida con Argentina se produjo en 2010. Hacía años que Ortega ya no contaba para la Selección Argentina, que había apostado por otra generación de futbolistas, pero Diego Armando Maradona quiso tener un detalle con Ortega, que estaba rindiendo a buen nivel todavía a sus 36 años, y le llevó a un amistoso contra Haití. Salió de titular, con el ‘10’ a la espalda, y Ortega agradeció a Maradona que se acordara del que fuera ídolo albiceleste.
Ortega, campeón e ídolo de River Plate
Paralelamente a su historia con la Selección, el Burrito construyó una carrera destacada a nivel de clubes, especialmente con River Plate, el club donde nació futbolísticamente. Debutó en la Primera de River con apenas 17 años, concretamente en 1991, de la mano de Daniel Passarella, y rápidamente se afianzó como titular gracias a su habilidad para el dribling y su desparpajo en el mano a mano.
Integró aquel recordado River multicampeón de la década de los 90, conquistando cuatro títulos locales y, fundamentalmente, la Copa Libertadores de 1996. En la final de esa Libertadores, Ortega fue una de las figuras del equipo dirigido por Ramón Díaz que alzó el trofeo continental, cimentando su idolatría en el club de Núñez. Su asistencia a un jovencísimo Crespo para el primer gol del partido de vuelta fue fundamental para hacerse con el torneo. América de Cali, subcampeón, ganó la ida 1-0 y River remontó con un 2-0 en Argentina.
Su extraordinaria proyección lo llevó a Europa: en 1997 fichó por el Valencia de España y luego pasó por la Sampdoria y el Parma en el Calcio italiano. Si bien tuvo momentos de buen fútbol en el extranjero, nunca terminó de adaptarse fuera de su país y en 2000 regresó a River, donde la hinchada lo recibió como héroe. Con River volvió a campeonar en el Clausura 2002. El amor de Ortega por la camiseta de River lo llevó a múltiples segundas partes. Tras un breve y controvertido paso por el Fenerbahçe de Turquía de cara a la campaña 2002-03, por el que fue suspendido por incumplimiento de contrato, volvió nuevamente a Argentina para jugar en Newell’s Old Boys en 2004, donde fue campeón del Torneo Apertura de ese año.
Finalmente, regresó una vez más a River Plate en 2006, aportando su experiencia y calidad. Incluso ya veterano, Ortega seguía regalando destellos de su talento. De hecho, en 2008 fue pieza clave junto al joven Diego Buonanotte para que River ganara el Torneo Clausura, dando asistencias exquisitas y mostrando que su magia seguía intacta. Se retiró del fútbol profesional en 2012, después de pasar por otros clubes como Independiente Rivadavia, All Boys o Defensores de Belgrano, poniendo fin a más de dos décadas de trayectoria. Con River, estuvo en 361 encuentros, anotó 80 goles y dio 108 asistencias.