septiembre 1983 la peor lesión de Maradona

La brutal lesión que casi retira a Maradona en Barcelona 1983

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Brian Celora

Creador de contenido apasionado por el fútbol y, especialmente, por River Plate. Destaca por su capacidad para contar historias que conectan con la emoción y la pasión de los hinchas.

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El 24 de septiembre de 1983, el fútbol mundial fue testigo de uno de sus episodios más escalofriantes, un hecho que dejó helado al planeta fútbol. Ese día pasó a la historia por ser el día que casi se apaga la mayor estrella que ha dado el balompié. Ese día, en el Camp Nou de Barcelona, una violenta entrada del defensor Andoni Goikoetxea lesionó gravemente a Diego Armando Maradona, por entonces el flamante líder del FC Barcelona.

Se cumplen 42 años de aquella patada que provocó la peor lesión en la carrera del 10, un incidente que conmocionó al deporte y dejó huella tanto en la trayectoria del crack argentino como en la rivalidad Barça-Athletic, al menos en los años 80 y 90. También marcó para siempre la carrera de Goikoetxea, al que empezaron a llamar el ‘Carnicero de Bilbao’.

La brutal entrada de Goikoetxea: ¿Cómo fue la lesión?

Corría el minuto 59 del duelo de Liga entre Barcelona y Athletic Club cuando se produjo la jugada en cuestión, la entrada que nadie puede olvidar y que hizo de un duelo de fútbol un recuerdo fatídico. Este partido, correspondiente a la cuarta fecha de la temporada 1983-84, se jugaba con enorme intensidad y varias cuentas pendientes: dos años antes, Goikoetxea había lesionado de gravedad al alemán Bernd Schuster, compañero de Maradona, alimentando la tensión entre ambos equipos.

Con el Barça 2-0 arriba en el marcador (acabó por un 4-0 definitivo), el clima seguía caldeado por las entradas de ambos equipos. En una acción en mitad de cancha y sin peligro aparente, aunque dicen que El Pelusa le recriminó al defensa vasco que tiempo antes lesionara a su compañero Schuster, Goikoetxea se lanzó con los tacos por delante contra la pierna izquierda de Maradona. Todo esto en el centro del campo. El 10 no vio venir la entrada. Goikoetxea se fue hacia su posición en el campo.

El estadio entero quedó en silencio. Maradona intentó levantarse, pero su tobillo no lo soportó. El argentino no pudo ponerse de pie. “Me rompió todo”, alcanzó a avisar entre lágrimas a su compañero Migueli. La indignación del público estalló al ver que el árbitro solo mostró tarjeta amarilla a Goikoetxea por aquella entrada criminal. El Pelusa abandonó el campo en camilla, con el tobillo izquierdo destrozado, mientras la fecha liguera concluía 4-0 a favor del Barcelona.

Diagnóstico oficial y meses de baja: fractura grave de tobillo

Tras el encuentro, Maradona fue trasladado de urgencia a un centro médico y operado esa misma madrugada para salvar su tobillo. La primera evaluación médica confirmó los peores temores: el parte oficial habló de “fractura del maleolo peroneal del tobillo izquierdo, con desviación, y arrancamiento del ligamento lateral interno con desgarro, es imprescindible la operación, que se espera realizar lo antes posible”. En otras palabras, el crack sufrió la fractura del hueso externo del tobillo y la rotura de ligamentos, una combinación gravísima. El doctor Carlos Bestit, médico del club, consideró imprescindible operarlo de inmediato y calculó un tiempo de recuperación mínimo de cuatro meses.

La gravedad de la lesión hizo temer por el futuro de Maradona y su devenir deportivo. Algunos llegaron a pensar que aquel golpe podría retirarlo del fútbol. Por fortuna, la cirugía fue exitosa: se le colocaron clavos para fijar los huesos y comenzó un arduo proceso de rehabilitación. Contra todo pronóstico inicial, el Diez protagonizó una recuperación casi milagrosa: estuvo 106 días alejado de las canchas y reapareció aproximadamente tres meses y medio después del percance físico.

Impacto en el Barcelona y revuelo mediático

La ausencia de Maradona se notó de inmediato en el FC Barcelona, que hasta entonces despuntaba como candidato al título. El equipo azulgrana finalmente terminó tercero en la Liga 1983-84, por detrás del Athletic de Bilbao, campeón, y del Real Madrid. Fuera de lo deportivo, la escalofriante patada desató un gran revuelo mediático y reabrió el debate sobre la violencia en el fútbol. La prensa española calificó lo ocurrido como “El Crimen” y llegó a tildar a Goikoetxea de “carnicero”. El entrenador azulgrana, César Luis Menotti, fue tajante en conferencia de prensa: “Quizá tenga que morirse alguien en el fútbol para que esto cambie”, advirtió indignado por la permisividad hacia el juego brusco.

La dirigencia culé también expresó su furia. El presidente José Luis Núñez propuso que Goikoetxea fuera inhabilitado hasta la recuperación de Maradona, un castigo ejemplar que sin embargo no prosperó. Tanto la afición azulgrana como la opinión pública catalana clamaban por justicia ante una acción que consideraban inadmisible. El incidente avivó la rivalidad entre el Barça y el Athletic, dejando cicatrices profundas en el fútbol español de la época.

Reacciones desde Bilbao: Goikoetxea y Clemente sin arrepentimiento

En Bilbao nadie pidió disculpas. Al menos, no entonces. Goikoetxea apenas fue amonestado en la cancha, pero la Federación lo sancionó posteriormente con 18 partidos, reducidos a 7 tras la apelación de los dirigentes vascos. Lejos de acatar la reprimenda, el jugador minimizó lo ocurrido: “Fue una acción más del partido, no merezco ninguna sanción”, declaró, restando importancia a la agresión. Goikoetxea luchó desde entonces con su fama de futbolista violento. ‘The Times’ le nombró el futbolista más duro de la historia. Aquel lance le persiguió siempre.

El entrenador del Athletic, Javier Clemente, tampoco mostró arrepentimiento. Al contrario. El ex seleccionador de España se declaró “orgulloso” de sus jugadores y defendió la dureza con la que afrontaban cada compromiso, alegando que los suyos también sufrieron los golpes del rival. “No soy partidario de la violencia. ¡Cómo voy a serlo si a mí me retiró la violencia! Le ha tocado a Maradona cuando le pudo tocar a algún otro de mis jugadores”, dijo entonces, recordando que Schuster había entrado duramente a Goikoetxea un rato antes.

Sin señales de arrepentimiento, Goikoetxea mantuvo una postura desafiante incluso con el paso del tiempo. Llegó a afirmar fríamente: “Maradona no se murió en aquella jugada, pudo seguir jugando tiempo después”. Es más, guarda en su casa las botas con la que lesionó a Diego. El propio Goikoetxea asegura que “no es un trofeo de caza”. “Son un símbolo de lo mejor y lo peor del fútbol, de la cara y la cruz de mi carrera. Es como si fuesen una obra de arte que simboliza la tristeza máxima de la lesión y la redención y la alegría del gol, la victoria y el apoyo de mi gente unos días después. Así lo interpreto y por eso guardo las botas”, afirmó a ‘El Mundo’.

El regreso de Maradona: 106 días después, la vuelta al fútbol

Contra todos los pronósticos, Diego Maradona logró volver a las canchas en un tiempo asombrosamente corto. Apenas 106 días después de la fractura, el 8 de enero de 1984, el astro argentino volvió a vestir la camiseta azulgrana frente al Sevilla en el Camp Nou. Con el tobillo resentido, brilló en su reaparición con dos goles para el 3-1 sobre el conjunto andaluz, demostrando que su magia seguía intacta. El tobillo, sin embargo, continuaba algo rígido y Maradona tuvo que pasar meses en kinesiología para recuperar completamente la movilidad.

Meses después, Barcelona y Athletic se encontraron en la final de Copa 1984 que acabó con una batalla campal. Desde la lesión de Schuster, los insultos entre ambos clubes fueron constantes, las lesiones fueron la gasolina de un fuego aún vivo que terminó de explotar en el Santiago Bernabéu tras una final de Copa que ganó el Athletic con gol de Endika. No quedó nadie sin pegar una patada o un puñetazo.

Aquella sería la última temporada del Pelusa en Barcelona. Semanas más tarde ficharía por el Nápoles italiano. La patada de Goikoetxea quedó grabada en la memoria colectiva: 42 años después se recuerda no solo por la brutalidad de aquella falta, sino también por la resiliencia de Maradona quien regresó de una lesión devastadora para seguir escribiendo páginas doradas en la historia del fútbol.

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