Racing Club: del descenso y la quiebra al regreso a la élite
Creador de contenido apasionado por el fútbol y, especialmente, por River Plate. Destaca por su capacidad para contar historias que conectan con la emoción y la pasión de los hinchas.
Racing Club está considerado como uno de los cinco grandes equipos del fútbol argentino en toda la historia junto a Boca Juniors, River Plate, Independiente y San Lorenzo. Una historia de un equipo de élite, que se ha ganado el respeto y el seguimiento a lo largo de los años a base de esfuerzo, trabajo y, sobre todo, títulos. Sin embargo, la academia no siempre ha tenido buenos momentos en su historia y ha habido situaciones complicadas de las que costó salir y necesitó apoyo y confianza para volver a ser grande.
Una profunda caída a los infiernos
Racing Club atravesó su período más oscuro entre finales de la década de 1990 y los primeros años del 2000, una etapa en la que el deterioro deportivo fue de la mano de una crisis institucional sin precedentes. En 1999, la histórica institución de Avellaneda fue declarada en quiebra, asfixiada por deudas millonarias, gestiones erráticas y una profunda pérdida de credibilidad dirigencial. El club llegó incluso a estar al borde de la desaparición, con una intervención judicial que expuso crudamente el colapso de su estructura administrativa y social.
En el plano deportivo, la situación no fue menos dramática. Racing deambulaba por los últimos puestos del fútbol argentino, con planteles armados a las apuradas, constantes cambios de entrenadores y una identidad futbolística inexistente. El descenso asomó como una amenaza permanente y el equipo parecía condenado a la mediocridad, lejos de su rica historia y sin respuestas dentro del campo de juego. El Cilindro, habitualmente un bastión, se convirtió en escenario de frustración, protestas y angustia.
La implementación del gerenciamiento privado a través de Blanquiceleste S.A., lejos de traer soluciones inmediatas, profundizó las divisiones y el malestar entre los socios, que veían cómo el club perdía control sobre su propio destino. Sin embargo, en medio de ese panorama desolador, la fidelidad de los hinchas fue el sostén principal. Esa resistencia popular resultó clave para que Racing sobreviviera a su peor época y, poco tiempo después, iniciara el camino de la reconstrucción que culminaría con el título de 2001, un logro que tuvo sabor a redención tras haber tocado fondo.
Vuelta a la élite y a ganar títulos
Fueron unos años de profunda inestabilidad en el seno de Racing. El descenso a la B se consumó en 1983 y fue el capítulo más negro en toda la historia de la Academia. El equipo argentino tuvo que reinventarse desde abajo para volver a la élite. Pasó dos temporadas en Segunda hasta que en 1985 consiguió subir de categoría.
Durante las temporadas 1984 y 1985 en la Primera B, Racing cargó con la presión de ser el equipo más grande de la categoría. Cada partido se jugaba en estadios colmados, con rivales que encontraban en el enfrentamiento ante la Academia una motivación extra. El club, golpeado anímicamente y con limitaciones económicas, debió adaptarse a un torneo áspero, de canchas difíciles y resultados imprevisibles. Fueron dos años de travesía por la B hasta que un 27 de diciembre de 1985 consiguió ascender a Primera. Esta fue la última ocasión en que la Academia estuvo en la Segunda División. El equipo mostró solidez a lo largo del torneo y supo imponerse en un contexto adverso, marcado por canchas complicadas y rivales que redoblaban esfuerzos ante la presencia de Racing. Con el apoyo incondicional de su gente, que colmó estadios en todo el país, el conjunto albiceleste mantuvo el foco en el objetivo principal: volver a la elite. Derrotó a Atlanta en la final ida por 4-0 y en la vuelta empató a uno para consumar el tan ansiado ascenso de categoría con el único gol de Néstor Sischer.
Los héroes del ascenso de 1985
Fue una temporada de reflexión y cambio en Racing Club y también un momento clave en la historia de la Academia donde emergieron los nombres propios para reflotar a un equipo que lo necesitó más que nunca. Son muchos los nombres de los jugadores que contribuyeron a lograr tal hazaña. Primero, comenzando por el banquillo, por el director técnico Humberto Bocha Maschio, que aportó orden y consiguió un equipo competitivo y confiables.
Ya en el marco de los jugadores, uno de los jugadores más destacados fue el capitán Miguel Ángel Colombatti. Fue uno de los pilares de su equipo, aportando regularidad y liderazgo en la zaga defensiva de la academia. A él le acompañó Néstor Fabbri, de menos a más y consolidando su gran crecimiento a medida que avanzó la temporada.
Por otro lado, el Lagarto Ludueña aportó los goles y la presencia ofensiva en los momentos decisivos para su equipo. Al igual que el Turco Céliz, su homólogo pero en labores defensivas y de recuperación en el centro del campo del equipo de Avellaneda.
Por último, para ello necesitas un portero que te transmita seguridad, como fue el paso de Norberto Villar. Sus intervenciones en partidos cerrados fueron claves para que su equipo lograse el objetivo y cerrase uno de los capítulos más negros de toda su historia.
La actualidad de Racing Club
Sin duda, uno de los grandes momentos de Racing Club en este 2025 ha sido la conquista de la Recopa Sudamericana. La Academia, que llevó como campeón de la Sudamericana, derrotó en la final a Botafogo, vencedor de la Libertadores, por un contundente 4-0 en el global de la llave de la eliminatoria.
Por su parte, en la competición doméstica, Racing avanzó hasta los octavos de final en el Torneo Apertura, mientras que en el Clausura llegó a la final, pero cayó derrotado en la tanda de penaltis ante Estudiantes tras el empate a uno en el tiempo reglamentario. Uno de sus jugadores más en forma de este año ha sido el Toro Martínez, que se ha consolidado como el máximo goleador con un total de 22 tantos.
Recuerda que puedes vivir toda la emoción y pasión del fútbol argentino en nuestra página web de Codere o en la app de la casa de apuestas.